Memoria multisensorial: más fácil, rápida y duradera


El uso de múltiples sentidos es una manera poderosa y fácil de construir circuitos de memoria fuertes en menos tiempo y conservar dicha información en el largo plazo.


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Cuando una información entra en nuestro cerebro se mantiene en la memoria por un corto período de tiempo, menos de un minuto. Para que se convierta en memoria a largo plazo, tienen que haber repetidas activaciones del circuito de memoria temporal, para poder ser asimilado por las redes neuronales.

La repetida activación de ese circuito promueve lo que se denomina respuesta neuroplástica. Esta estimulación transforma episodios débilmente vinculados y de corto plazo en circuitos de memoria eficientes, duraderos y fáciles de recuperar.


Cuantos más sentidos, mejor

Cada tipo de memoria se almacena en un lóbulo que recibe la entrada de dicho sistema sensorial. Por ejemplo, la memoria visual se almacena en la parte posterior del cerebro (lóbulos occipitales), la memoria auditiva en los lóbulos temporales, los recuerdos de experiencias conmovedoras se almacenan en los lóbulos parietales, y lo que tenga que ver con el movimiento en regiones tales como el cerebelo. Cuando se habla de estimulación multisensorial quiere decir que dos o más sistemas de almacenamiento se involucran en un mismo recuerdo.


Debido a que cada sentido tiene un área de almacenamiento por separado en el cerebro, cuando se activa un recuerdo todas las áreas involucradas se co-activan inmediatamente. Al recordar una de las formas en que dicha información se ha guardado, las otras regiones de la memoria entran en funcionamiento al instante.

Seguramente haya escuchado que, si se pierde un sentido, los otros se hacen más fuertes. Pero también, algunas investigaciones demuestran que, con la activación de los demás sentidos, la parte del cerebro que responde al sentido perdido, también puede activarse.
Por ejemplo, el centro de respuesta visual del cerebro, la corteza occipital, sólo se activaría mediante información sensorial visual.
Sin embargo, en una investigación realizada en la Universidad de Harvard, a un grupo de personas se les vendaron los ojos durante cinco días, en ese lapso, sus cerebros no tuvieron ninguna información visual. Inicialmente hubo una gran caída en la actividad de sus cortezas occipitales. Pero después de cinco días de prácticas en braille, dichas áreas mostraron nuevamente actividad neuronal debido a los nuevos circuitos construidos, que además, eran bastante similares a los encontrados en personas ciegas de nacimiento. Es decir, el sólo uso del tacto, activó considerablemente la memoria sensorial (táctil), pero también el área visual del cerebro.

Esto ocurre porque cuando una señal sensorial trata de recuperar algo aprendido, el aumento del número de conexiones sinápticas da lugar una memoria más fuerte, y esta fuerza se potencia por la activación de los otros sentidos.


Por ejemplo, si aprendemos cómo funcionan las ondas de sonido a través de tres sentidos: lectura, oído y tacto (tocando un objeto que vibra), tendremos, al menos, tres lugares distintos en el cerebro que sustenten este aprendizaje. Posteriormente, una información relacionada con las ondas de sonido que llegue a cualquiera de estos sentidos, activará a los demás.

¿Por qué es importante saber esto?

Sencillamente, utilizar la mayor cantidad posible de sentidos es la mejor forma de aprender. Emplear el oído, vista, tacto, olfato y gusto para aumentar la memoria de cosas que deba acordarse a largo plazo. Por ejemplo, si está leyendo algo que tiene que recordar en el futuro, añadir información sensorial auditiva mediante la lectura en voz alta. De esa forma, el cerebro recibirá información a través de dos sistemas sensoriales diferentes: vista y oído. Cuando deba aprender algo importante que deba recordar más adelante, quizás toda la vida, piense cuales sentidos podrían ayudar en dicho aprendizaje.


Referencia:
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2516172/



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