¿Por qué castigamos más a las personas de baja productividad?


Desde tiempos inmemoriales, las sociedades han tenido la tendencia de castigar a aquellas personas poco productivas y ser permisivas con aquellos individuos que son percibidos como de alta productividad. Analicémoslo desde una perspectiva histórica.


castigo persona productividad

Es bastante común ver, en los tiempos que corren, a políticos despotricando contra las personas que consumen demasiados beneficios sociales, al tiempo que contribuyen muy poco a la producción de estos beneficios. Generalmente, los acusados suelen ser de baja condición social.

En alguna oportunidad Ronald Reagan los describió como los "reyes del bienestar", hace menos tiempo David Cameron llamó directamente "vagos" a quienes, según él, abusan de la asistencia social.
Históricamente, este enfoque no sólo es un hábito de la derecha, basta recordar las duras penas que Stalin imponía a quienes eran acusados de baja productividad entre los campesinos de las granjas colectivas.

Los científicos que estudian el comportamiento humano reconocen que estas personas son un problema central de la cooperación en grupo y no es sorprendente que los líderes castiguen a estos individuos para satisfacer a sus seguidores.

Desde una perspectiva evolutiva, cuando los recursos del grupo benefician a todos los miembros por igual, los que menos contribuyen tienen una mejor relación contribución-beneficio, de esta forma obtienen ayudas netas más altas.
Esto crea en el resto del grupo una impresión de que están siendo burlados y que estas personas son tramposas. Por lo tanto este sentimiento los puede llevar a elegir líderes que prometan castigar a quienes menos producen.


En el ambiente ancestral, a las personas de baja productividad se las trataba de manera agresiva o directamente se las condenaba al ostracismo.

A diferencia de nuestros antepasados, en las sociedades actuales las personas de alta productividad (alto status) están a menudo especialmente bien posicionados para obtener grandes niveles de contribución-beneficio, ya que tienden a obtener los mayores porcentajes de recursos del grupo social.
También, al igual que en el ambiente ancestral, cuando estas personas cometen graves errores de conducción, los restantes miembros del grupo muestran cierta reticencia a castigarlos.


Patrones de indulgencia

¿Existen ciertos patrones de indulgencia en las sociedades hacia las personas de alto status? Hace unos años se realizó en la Universidad de Cornell, un estudio en el cual fueron seleccionadas 35 personas, todas ellas pertenecientes a la clase social media-media.
Los participantes debían ver una serie de caras de distintas personas en un ordenador, cada imagen era descripta como la de un contribuyente o un tramposo. A su vez, había contribuyentes de alto status y bajo status. Con los tramposos ocurría lo mismo, los había de alto status y de bajo status.

Cuándo las personas volvieron 10 días después a tratar de identificar los rostros que habían visto antes, tendían a recordar mejor a los tramposos que a los contribuyentes, pero sólo a los tramposos de bajo status, la memoria no mejoró para los tramposos de alto status.


El estudio concluyó que los seres humanos tenemos una inclinación a recordar más a una persona cuándo la percibimos como "tramposa", pero la capacidad de detección y recuerdo aumenta, si este individuo tiene un status social menor que el nuestro.

En la antigüedad, las personas mostraban cierto recelo a castigar a los individuos de alta productividad del grupo, debido a que eran percibidos como enemigos poderosos y aliados apreciables.
No sólo eran capaces de tomar represalias contra sus acusadores, sino que también eran relativamente útiles para tenerlos a tu lado, lo que proporciona un fuerte incentivo para no tener conflictos con ellos. En cambio, las personas de baja productividad eran blancos más fáciles, más baratos y más seguros.
Como vemos, nuestra memoria ancestral no ha variado demasiado.