Hombres y mujeres: Como reaccionamos ante un momento tenso


Hombres y mujeres tienen diferencias fundamentales en la forma de responder a una situación tensa.
Veamos porqué no reaccionamos de la misma manera.


Hombre mujer momento tenso

Imagínese que es de noche y usted está caminado por una calle solitaria, de repente, aparece un individuo con una navaja y le pide el dinero. ¿Qué hace ante esa situación?
La respuesta es: depende, si es hombre o mujer.
Si usted es hombre seguramente o enfrentará al ladrón o saldrá corriendo tan rápido como pueda, una reacción de “luchar o huir”. Mientras que si usted es mujer lo más probable es que trate de desactivar la situación, incluso intentando dialogar con el atracador.


Hombres y mujeres

El pionero de la investigación sobre el estrés, Walter Cannon , ya en la década del 30 decía que “en el macho, luchar o huir es una respuesta fisiológica a un momento de gran tensión, no sólo en los humanos, sino también en algunos animales”, como veremos más adelante.
Esta respuesta es controlada por el sistema nervioso simpático, el mismo que se ocupa de las funciones automáticas del cuerpo, como la respiración.
En situaciones de tensión, este sistema se pone en alerta y provoca el aumento de la frecuencia cardíaca, la presión arterial y acelera la respiración. A su vez libera grandes cantidades de cortisol y norepinefrina en el torrente sanguíneo. De alguna manera, está preparando a la persona para enfrentarse a su enemigo o para correr.

Ante una situación similar, el sexo femenino reacciona de manera diferente al hombre. Si bien la mujer también muestra un aumento de la presión arterial, en lugar de prepararse para luchar o huir, es más propensa a expresar un comportamiento social de afinidad, ya sea para entablar un diálogo, o en otro tipo de conflicto, para buscar apoyo social en familiares o amigos.
Su organismo, en vez de liberar cortisol, segregará endorfinas, un neuroquímico que ayuda a calmar el dolor, también libera oxitocina, la hormona que nos motiva a comportarnos de una manera más amigable.


Un estudio realizado en la universidad de Los Ángeles demostró que si encerramos a dos monos machos adultos que nunca estuvieron juntos, dentro de una misma jaula, van a luchar y tratar de establecer un dominio de uno sobre el otro, perfectamente pueden llegar a matarse. En cambio, si colocamos a dos hembras en una misma jaula, reducirán la incomodidad y la tensión mediante el intercambio de conductas de aseo, el aseo es una de las principales formas de afinidad entre los monos, ya que genera liberación de endorfinas y reduce el estrés entre quienes participan.

¿Por qué las diferencias entre hombres y mujeres?

El culpable sería el gen SRY, que los hombres poseen en el cromosoma Y. Este gen se creía que participaba solamente en el desarrollo de los genitales masculinos en el útero materno, pero estudios de hace unos años, han encontrado proteínas producidas por el gen también en el cerebro y otros órganos.
Resulta que las proteínas del gen SRY regulan la secreción de algunos neurotransmisores como por ejemplo la norepinefrina, la serotonina y la dopamina, que juegan un papel importante en la actividad neuronal y la función cardiovascular.
A partir de esto, se supo que el gen SRY y sus proteínas contribuyen al aumento de la presión arterial y a la activación de todos los mecanismos que facilitan la expresión de respuesta de lucha o huida.

Como las mujeres no tienen este gen, sus respuestas a situaciones de tensión están reguladas por otros genes y otros cambios fisiológicos relacionados con las endorfinas y oxitocina. Estos cambios fisiológicos son los que facilitan la respuesta de dialogar e intentar desactivar la situación.


No todo es blanco o negro

Pero estos procesos fisiológicos son controlados por múltiples genes, y en algunos casos, la fisiología masculina y femenina se parecen más de lo que podríamos pensar.
Por ejemplo, aunque los hombres tienen, en promedio, mucha más testosterona que las mujeres en su cuerpo, hay mujeres que tienen niveles altos de testosterona, en algunos casos, tan altos como los hombres.

Estudios llevados a cabo en Australia han demostrado que cuando las mujeres con altos niveles de testosterona responden a una situación muy estresante, por ejemplo, como la que describimos al principio del ladrón con una navaja, pueden mostrar un comportamiento más masculino, o sea de luchar o huir. ¿O nunca ha sentido de la efectiva patada femenina en la ingle?