¿Por qué el ser humano hace música?


Porque es una forma de expresarse, como un lenguaje, una señal de identidad de las personas, no existe ni ha existido cultura a lo largo de la historia que no tenga música. Pensemos en casamientos, fiestas, actos patrióticos o guerras…
Es impensable que exista un rito social o un momento importante en la vida sin música.



¿La música es exclusiva del ser humano?

Hay gente que habla de música para referirse al canto de los pájaros, pero no es lo mismo. El canto de las aves, al igual que los ruidos que emiten otros animales (ladridos, rugidos, etc.) tiene como función la defensa del territorio. Además, desde un punto de vista neurológico, el cerebro de los pájaros y el de los mamíferos no tiene nada que ver.
Ni siquiera el cerebro de animales más cercanos al ser humano, como el chimpancé, tiene ninguna función musical.


¿Cuál es la función de la música?

Su función principal es la de cohesión social ya que a través de ella el grupo se siente unido en un acto o en un estado de ánimo, como pasa con los himnos nacionales o en los conciertos.
Otra función no menos importante es la del vínculo emotivo que crea entre la madre y el hijo. La música modula el estado de ánimo de un bebé ya que este responde muy temprano a ritmos y armonías.


La música como terapia: ¿Qué ocurre en nuestro cerebro?

Ocurre que nuestra mente está continuamente haciendo predicciones de la nota que viene y evaluando si se corresponde o no a lo esperado. Estas dos fases se relacionan con dos "disparos" de dopamina, la molécula del placer, en distintas zonas del cerebro. El primero sucede durante la tensión de un acorde, y el segundo en su resolución, que es cuando llega el placer.

En recientes investigaciones se ha demostrado por ejemplo que a pacientes con afasia, cantando les salen las palabras que no les salen hablando. También se aplica a enfermos de Parkinson, a quienes les cuesta mucho empezar y continuar una acción, como por ejemplo caminar. Una estrategia muy fácil para ayudarlos es ponerles música con mucho ritmo y esto les facilita enormemente el movimiento.

El sistema motor y el auditivo tienen una conexión muy particular, por eso el baile va de la mano de la música en todas las culturas. También los soldados marchan con más facilidad siguiendo un ritmo. Esta conexión no existe entre el sistema motor y la visión. Mirando el péndulo de un reloj no te pones a moverte de lado a lado sin querer, pero cuando escuchas música el cuerpo reacciona de manera inevitable.


¿Por qué los ciegos escuchan mejor?

Porque hay una reorganización cerebral masiva y la región dedicada a la vista se dedica a procesar el sonido. Esta región visual que no recibe ningún estímulo, en vez de atrofiarse o morir, se reaprovecha para nuevas funciones.

Ahora mismo se está estudiando cómo, dónde y por qué ocurre esto. Si los científicos logran comprenderlo en los ciegos, tal vez se pueda aplicar a pacientes con otros trastornos neurológicos. Quizás en 10 ó 20 años se podrá volver a entrenar regiones del cerebro averiadas y hacer que retomen su función.


¿Nos pueden engañar con música?

Sin dudas, sino mirar a quienes juegan en las máquinas llamadas 'tragaperras' que se encuentran generalmente en casinos y bares.
La única función del sonido musical de estas máquinas es confundir al cerebro.
Un reciente estudio ha demostrado que el sonido tiene la función de engañar la sensatez del jugador, conseguir que siga jugando y que sobredimensione los premios.
¿Cómo?... Muy sencillo.
Cuando el apostador gana, aunque sea una cifra miserable, la máquina lo celebra de forma ruidosa.
El estudio asegura que la mente no es inmune a estas manifestaciones sonoras de alegría.
La conclusión de la investigación es que los sonidos ayudan a la diversión que provee el juego, esta "música" lleva también a dimensionar de forma exagerada las ganancias. Ambos impactos combinados pueden ocasionar adicción al juego ya que aumenta la perseverancia del jugador.